Autor: Jaime Salinas Torres. MV. Mag. en Investigacion y Gestion de Emergencia y Desastre.
Las últimas semanas he tenido la oportunidad de investigar la presencia de Aedes aegypti en Chile. Si bien, son limitados los lugares donde se describe endemismo de este vector (región de Arica y Parinacota y Rapanui), se tiende -erróneamente- a circunscribir su hábitat a puntos muy específicos dentro de estas zonas, lo que da una cierta percepción de seguridad/control frente a la diseminación de este vector en territorio nacional.
Lamentablemente, he visto como Aedes aegypti ha acondicionado su adaptabilidad a zonas donde, unos años atrás, era poco frecuente la detección de larvas, pupas, huevos; o peor aún, no se había notificado la presencia de adultos. Por otro lado, en los lugares donde antes se encontraba este vector -en cualquiera de sus estados-, hoy se puede observar su presencia en gran cantidad.
Estos hallazgos nos deberían hacer cuestionar: ¿se están generando las capacidades necesarias para diseñar y ejecutar las acciones de vigilancia?. Se requiere máxima celeridad en capacitar a profesionales y técnicos, para que puedan poner en práctica las medidas de control. Para preparar de manera eficiente a los equipos, se necesita una coordinación transdisciplinaria, y más aún, transectorial, entre los diferentes organismos gubernamentales, instituciones educacionales y asociaciones científicas; sin dejar de lado la educación a la ciudadanía.
Las capacidades vectoriales tienden a superar las competencias técnicas de los diferentes sectores (así ha quedado demostrado en los últimos años…), por lo que es primordial generar redes entre equipos de trabajo, que permitan coordinar las labores de las autoridades de salud y la academia, para poder hacer frente a un problema, que aún estamos a tiempo de poder controlar.